Enfermos de prosperidad.
Para mantener nuestro ritmo de vida nos vemos obligados a tener siempre prisa, a trabajar muchas horas , a no tener tiempo para hacer ejercicio, a comer productos demasiado refinados, a ….
Esta forma de vida castiga nuestro cuerpo y nuestra mente. Nuestra cabeza siempre ocupada nos impide pensar en lo importante: nosotros y nuestro entorno. La falta de ejercicio y las posiciones forzadas hacen que nuestros músculos se agarroten, se «carguen», causándonos molestias e impidiendo que la sangre fluya libremente, acumulando toxinas.
Si no hacemos nada al respecto, las toxinas acumuladas hacen que nos sintamos mal, que nos duela la espalda, el cuello, las piernas.. de forma crónica. La medicina moderna puede aliviar estos dolores, un masaje también y unas vacaciones. Pero pasado ese alivio temporal, el malestar empieza de nuevo.
La sabiduría asiática conoce el remedio a estos males y lleva miles de años fomentando la meditación, la comida sana, el yoga, .. y practicando un tipo de «masaje» llamado GUASHA.
La técnica es sencilla. Simplemente se frota la piel para eliminar las toxinas acumuladas. Cuando las toxinas desaparecen, la sangre limpia vuelve a fluir y el cuerpo se siente mejor. El efecto es inmediato.
Principales beneficios del GUASHA
- Elimina las toxinas a través de la piel
- Alivia dolores de espalda, cuello, lumbares, etc.
- Mejora la circulación de la sangre
- Alivia migrañas y dolores de cabeza
- Ayuda a respirar mejor
- Incrementa la eficiencia del sistema inmunológico
- Exfolia la piel manteniéndola limpia y sana (existe una variante de guasha facial)
- Ayuda a diagnosticar enfermedades
Instrumentos que se utilizan
Para una sesión de guasha se necesita un instrumento para frotar y un aceite vegetal para que el instrumento se deslice suavemente sobre la piel. Como instrumento de frotación se suele utilizar una pieza de cuerno de búfalo o, para guasha facial, jade.
Vistosidad del tratamiento
Tras una sesión de guasha, algunas areas de la piel puede aparecer de un color rojo intenso, el sha. Estas son las toxinas que salen desde los capilares y son eliminadas del cuerpo. A pesar de la apariencia, no es doloroso y la piel roja recupera su tono normal en 2 – 5 días dependiendo de cada persona y de las toxinas eliminadas.